lunes, 1 de marzo de 2010

UN AMULETO ES UN AMULETO


Por:José Alejandro Moreno.
Caracas-Venezuela


“¡Un amuleto es un amuleto!” se dijo a sí misma Eva Francia, en el momento en que la maestra Aniuska le indicó con una severa y despectiva mímica que no podía bailar así.

Pero aquella pulserita se la había recien regalado su abuela Aminta. El amuleto era una estampita de la Virgencita del Valle bendita atravesada por un guaral hecho de pabilo.

Esa misma mañana su abuela le había dicho “mira muchacha ponte esto en la muñeca para que te proteja”. Su abuela no había mencionado nada sobre que si se lo quitaba le iba a caer la mabita china, ni la maldición gitana, ni la pava traspalante. Pero ella sabía que un amuleto es un amuleto.

Pensando en eso estaba cuando la maestra Aniuska le volvió a hacer el gesto coreográfico y odioso de que se quitara el amuleto. Eva Francia respiró hondo, estaba negada a quitarselo. Pero indudablemente que en la primera audición con Aniuska Petrovich, no podía ponerse rebelde.

Veía a la maestra y le venía a la mente el video que había visto en donde salía ésta bailando con Baríshnikov El Pájaro de Fuego en el Teresa Carreño. De cualquier manera sabía que no se iba a quitar el amuleto de la Virgen del Valle ni porque tuviera que bailar con el propio Baríshnikov.


Y justo en ese momento entró Norkis la secretariá de La fundación. “¡Ay Dios mío se murió el maestro Nebrada!” dijo la muchacha con una voz mitad chisme, mitad angustia.

En ese momento la maestra Aniuska Petrovich se desplomó y todos acudieron a socorrerla. Eva Francia solo alcanzó a tomar la estampita de la Virgen del Valle y decir: “virgencita acógelo en tu seno”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario